3/12/10

Mecánica cuántica y el juicio reflexionante kantiano


Hoy el tema surge de la lectura -que estoy a punto de acabar- del libro "El gran diseño", coescrito por Stephen Hawking y Leonard Mlonidow. En él, ambos físicos enuncian y describen una serie de conceptos y dispares modelos de universo, modelos -el énfasis en esta palabra en el libro es sustancial- en que cada una de los conjuntos de leyes según las cuales la naturaleza puede ser explicada, conocida.

Así pues, rozando terrenos pantanosos del en qué consiste conocer, ambos autores se aventuran en una especie de historiología del conocer científico (citando, en un falaz e hipócrita modo, como es habitual, el caso del origen mítico del universo, del cual, como veremos, no se dista tanto en los modelos actuales) en que, por el momento, lo que queda claro, es que es necesariamente incierto. El punto inicial que se plantea como juicio a priori del asunto es que, en base al principio de indeterminación de Heisenberg en 1927, no podemos conocerlo todo con exactitud, determinísticamente.

Esto no tan sólo implica que las partículas, en su movimiento, no tienen asociada una trayectoria definida como lo tienen en la física newtoniana -que se desprende directamente de la formulación de Heisenberg, sino que, en general, uno ya no puede hacer física determinísticamente.

Resumiendo, que a lo que debe cernirse la investigación física de hoy día no es sino un cálculo probabilístico de las distintas posibles versiones de universo y/o leyes físicas que a cada una de las posibilidades pueda tocar.


A mi modo de ver, quizá demasiado inexperto en el campo de la física teórica -y más, de la mecánica cuántica en electromagnetismo, nuclear débil, fuerte y/o ... gravedad-, se ha olvidado el leitmotiv, el camino, de lo que la física tenía que ser. Si bien es cierto que los modelos matemáticos empiezan a cuadrar a niveles mucho más elevados (en especial tratándose de momentos de singularidad, como el Big Bang, o inflación, que de éste se deriva) que los de la física Newtoniana (añado ya Einstein y su "Una nueva determinación de las dimensiones moleculares" a la historia más contemporánea del asunto de la física actual), parece que el destino al que los físicos ansiaban llegar ha sido olvidado.

Me refiero a que la voluntad inicial, la de explicar el universo en clave humana, en clave de la Razón, se diluye en pro de que las fórmulas matemáticas puedan cuadrar, puedan ser válidas y legítimas -en clave meramente matemática-. Del juicio sintético, de génesis, tendemos a lo analítico, pero eso no es lo importante.


Como ocurre con Kant, en su análisis sobre qué es el conocimiento y cómo uno puede conocer, existe una tendencia en tematizar los criterios según los cuales uno conoce, lo metacognoscitivo (los llamados, en la Crítica de la Razón Pura, juicios sintéticos a priori), alejándose de la primordial pregunta del conocimiento en sí. Se entra -como ocurre con la física actual, a mi modo de ver- en una espiral infinita, siempre repetible, de en qué consiste aquello en lo que consiste aquello que es aquello en lo que consiste... (etc) ... el universo (o el conocer, en general).

Y después de las fuerzas -las leyes de la naturaleza (que tan bien describen lo que ocurre en nuestro mundo, en el mundo más terrenal y sin irnos a terrenos microscópicos, infratómicos, o terrenos macroscópicos, supraestelares- uno se va a determinar qué son los átomos; de ahí uno se encuentra (teóricamente, y ya de forma experimentalmente validada
*NOTA...) los quarks, y de ahí, las supercuerdas que los forman, o los universos burbuja, o los ...

De lo que se trata es de ver cómo el ir profundizando sobre lo que en inicio no era tema, lo no tematizable, nos hace perder el rumbo hacia el conocimiento al que queríamos llegar -véase, el qué es el Universo, y el cómo hemos llegado aquí-.

No digo que no sea el camino correcto, el de analizar todo lo que constituye el Universo tal y como es, pero lo que sí es cierto es que tanto malabar y tergiversaciones matemáticas no aparentan ser sino parches, apaños, para salvar un modelo físico como es el de la cuántica.





* La validación científica de estos conceptos, ideas y particulas, ¿en qué consiste? ¿Consiste en buscar aquello que debe estar ahí o consiste en que interpretar aquello que está ahí adecuándolo a nuevas teorías o modelos físicos? Es decir, ¿se trata de formular aquello que lógicamente podamos decir sobre en qué consiste todo lo que vemos-sentimos? (a nivel sensorial, ahora), o se trata de hacer malabares matemáticos para hacer que lo que hay sea casualmente la constante o la ley que estábamos buscando (aunque por ello tengamos que inventar-imaginar 7 universos plegados más aparte de los 4 conocidos previamente)?





Sobre cuántica y conocimiento, Àngel Menargues, 2010.