21/6/09

De la traducción I


"Antes de comentar cada fragmento, daremos una traducción de cada uno. Ésta dirá en nuestra lengua la palabra griega. Nuestra lengua nos es familiar. Y, sin embargo, ni la traducción ni el conocimiento que ésta nos aporta, no garantizan para nada la comprensión de las palabras del pensador.


[...] Tenemos que mantenernos antentos a lo siguiente: la traducción contiene ciertamente la interpretación, pero ésta no se desvela únicamente por postrarse ante ella. Precisamente porque esta habla con palabras de nuestra lengua, aún aumenta más el peligro de malinterpretarla. Es que ahora, las palabras de la traducción, en lugar de las griegas, las podemos recoger fácilmente siguiendo los sentidos que nos son habituales, sin que prestemos atención al hecho de que cada palabra traducida recibe el contenido a partir del conjunto de eso que el pensador piensa.

Si, por ejemplo, la palabra 'camino' encaja con la traducción, o la palabra 'corazón', de aquí no se sigue que ya se haya decidido qué significan aquí 'camino' y 'corazón', ni que estemos para nada en un estado de pensar cierta y plenamente en el sentido de Parménides, la esencia del 'camino' y la esencia del 'corazón' aquí citadas. Es evidente que no se puede negar que todo el mundo sabe qué es lo que 'normalmente' se dice con 'camino' y 'corazón'. Pero sólo una traducción guiada por una interpretación está en estado, y aún dentro de unos ciertos límites, de hablar por sí misma."





Parménides, recapitulación de § 1. La diosa 'Verdad'. Parménides, I, 22-32., Martin Heidegger, 1942

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