20/5/11

El fuera, sobre de mí, y el dentro, en mí


Si bien hoy pueda haber sido un día triste, abnegándose a uno ciertas posibilidades cuasi oníricas de un futuro cercano (y mejor, probablemente), seguiré sin falta con la tarea de proseguir recopilando fragmentos de textos, de vídeos, imágenes y piezas musicales, que puedan haberme interesado. El citado no podía ser otro que Kant. Una cita de una de sus Críticas que hasta grabaría en la superfície de la losa donde sería enterrado. Desconozco si el mensaje pudo haber sido elegido a priori por él mismo o lo fue por algún amigo o conocido, pero es acertado. Podrían ser esas -divinizadas habitualmente- últimas palabras que querer repetir al mundo, una vez se reconoce el propio declive.




"Dos cosas llenan de ánimo con siempre nueva y creciente admiración y respeto, cada vez con más frecuencia se reflexiona sobre ellas: el cielo estrellado sobre mí y la ley moral en mí."

"Zwei Dinge erfüllen das Gemüt mit immer neuer und zunehmender Bewunderung und Ehrfurcht, je öfter und anhaltender sich das Nachdenken damit beschäftigt: der bestirnte Himmel über mir und das moralische Gesetz in mir."




Dos campos siempre repletos de permanente posibilidad de activación de las ganas, de la voluntad de uno, para seguir siempre intentando conocer (conocernos, por ende) mejor.

Por un lado, el cielo estrellado sobre mí, es decir, fuera de mí, lo necesariamente (en esencia) incognoscible 'en su totalidad'. Aquello que se postra ante nosotros desde los albores del tiempo, mostrándosenos permanente, inamovible (aun moverse según lo que diríamos cinemática, dinámica). Lo eterno respecto nosotros.

Por otro, la ley moral en mí, dentro de mí; lo más intrínseco a mí en tanto persona, sujeto. Lo que no se postra ante nosotros sino que se genera desde nosotros, mostrándosenos a veces efímero, a veces dudable, pero en el fondo, tan inamovible como lo eterno del universo respecto nuestra corta vida.

Es decir, contraponemos la voluntad de establecer una proyección de lo otro en uno mismo, conocerlo, generar conocimiento propio sobre lo otro (a lo que se refiere el cielo estrellado sobre mí) a una proyección de nosotros hacia lo otro, hacia el mundo (a lo que se refiere la ley moral en mí).

Pero todo ello, tanto lo uno como lo otro, teniendo siempre la posibilidad, capacidad, de seguir siendo tema de discurso, de seguir apareciendo brillante a nuevos ojos con tal de recibir nuevos juicios.




Mensaje en la tumba de Immanuel Kant (traducción propia), Königsberg (Kaliningrad), 1804

No hay comentarios:

Publicar un comentario