25/4/09

Del permanecer en el mundo I

¿Acaso tiene la palabra 'permanente' correspondencia directa con lo vivo, con algo de lo que hay en el universo? Sin ir demasiado lejos, podemos fijarnos en las teorías cosmogónicas más aceptadas hoy en día (desde la ciencia) y de cómo el que nada se mantiene ad eternam en un estado concreto. ¿Tiene sentido la palabra 'eterno' siendo vinculada a algún ente dado en el mundo?

Con esta base es de la que parte el hijo de UbarTutu (rey), Utanapišel Lejano (epíteto habitual de aquel que sobrevivió al Diluvio en el imaginario mesopotámico sumerio), para hablarle a Gilgameš del por qué lo inmortal es, al fin y al cabo, un sinsentido. Se trata de algo que no conscierne a los humanos, y cuyas reivindicaciones para acercarse a este 'inmortal', a esta vida sin fin (tan anhelada por Gilgameš rey de Uruk) son siempre en vano.




"¿(Acaso) construimos casas para siempre?

¿Sellamos compromisos para siempre?

¿Reparten los hermanos un patrimonio para siempre?

¿Persiste para siempre el odio (en la tierra)?

¿Acaso la crecida del río es permanente?


¡Tantas libélulas llevadas por la corriente,

tantos rostros que veían el sol,

de los días de antaño ya no queda nada!


¡Los que descansan y los muertos qué iguales (son)!

¿No componen la misma imagen de la muerte,

el plebeyo y el noble, cuando a ella se hallan próximos?

Sin embargo, el hombre, desde sus orígenes, es su prisionero.


Desde que [...]

Y los Anunnaki, los grandes dioses, se congregan;

Mammitu, hacedora del destino, con ellos decreta el hado:

Imponiéndonos tanto la muerte como la vida

Dejándonos tan sólo ignorar el momento de la muerte."




Epopeya de Gilgameš (versión ninivita), Tablilla X, finales del II milenio aC.

No hay comentarios:

Publicar un comentario